martes, 23 de septiembre de 2008

Pues a nosotros nos gusta Xian, qué pasa.

A las buenas,

Hace un par de días que volvieron mamá y José (snif snif) y con esto se acaba la temporada de visitas y vuelve la "normalidad" dentro de lo que cabe la normalidad en este país.

Como sabéis el fin de semana hemos estado en Xi'an, la verdad es que es una ciudad que, no sabemos muy bien si por envidia o por que la han dado demasiado bombo, no está muy bien considerada entre los expatriados en China. La gente te dice que no merece la pena. Pues que queréis que os diga, a nosotros nos ha gustado mucho. A pesar de las muchas desventuras que, para variar, nos han pasado. Porque nada más llegar al "hostel" que habíamos reservado que era muy mono y estaba al lado de la muralla nos dijeron que no había habitaciones, pero que tenían otro y que nos llevaban allí..Y allí fuimos. Tras un invierno de visitar factorías chinas puedo aseguraros que eso era una fábrica y no muy buena. Si nos llegamos a alojar allí, en una de sus desconchadas y húmedas habitaciones, fijo que a las cinco nos levantan y nos ponen a currar. Así que dimos alguna vuelta. Menos mal que Oscar encontró otro en la misma calle que el primero, que resulto ser mejor y más bonito (una antigua casa china) y a pesar de todo la odisea acabó bien.

Como teníamos tan cerca la muralla y ya no teníamos tiempo de nada, nos fuimos a recorrerla en bici, que es algo típico. La verdad es que es impresionante de grande y de bonita. Lo que no logramos entender, especialmente porque se nos hizo de noche es como una muralla que es rectangular tiene más de cuatro lados. Porque no hacíamos más que doblar esquinas y nunca llegábamos al lado dónde había que devolver la bicicleta. Por un momento debimos estar "dentro del laberinto" pasando hambre y dejándonos el culo con los baches.

El sábado habíamos decidido ir a Huashan, para los lectores fieles, esto no es Huangshan (la montaña amarilla) en la que ya estuvimos en Julio, sino la montaña de la flor llamada así por su pico central rodeado de otros cuatro que hacen que parezca una flor. Es la más alta de las montañas sagradas de China y llegar allí, también fue una odisea. Se nos ocurrió coger un viaje organizado, cierto es que nos engañaron y nos dijeron que íbamos sólos en una furgoneta y acabamos en un autobus con 51 chinos. El problema no es ir con chinos, lo vais a entender rápido, el problema es que ellos van a otro rollo, así que en el camino paras tres veces en las tiendas de los primos del guía a comprar "souvenirs". Después, antes de subir a la montaña te meten a comer a un sitio inmundo para que camines con la barriga llena. Eso hace que, habiendo salido a las 8 de la mañana y, estando la montaña a dos horas, acabes llegando a las 12 al teleférico. Ojo, no a la montaña, porque al llegar a esa hora, llegas con todos los domingueros chinos. Así que nos tocó hacer casi dos horas de cola. Conclusión, a las 2 arriba para bajar a las 6. Aun así, merece la pena, podéis juzgar por las fotos. El teleférico asusta de lo empinado que es y el coche es tan pequeño que se bambolea todo el tiempo. Te deja a mitad de la montaña y ahí empiezan las escaleras (sí, amigos, como toda montaña china tiene escaleras de cabo a rabo) en este caso casi verticales y con cadenas para agarrarse (de ahí que el guía nos llevara a la tienda de su primo a comprar guantes) En cada pico hay un pequeño templo y en cada cadena candados que llevan las parejas como muestra de amor. Todo el rato hay unas vistas tan increibles que, para que la gente no se caiga mientras mira, han tenido que poner estos carteles.



Esa noche fuimos a cenar pinchitos al barrio musulmán de Xi'an que visitaríamos más despacio al día siguiente. La verdad es que es una sensación curiosa, el ambiente del bazar o la mezquita, la calle con las mujeres tapadas y ellos con sus gorros, los dulces de almendras y que al mismo tiempo todos sean chinos y el arte sea chino y hablen chino...Quizá sea lo mejor que tiene Xi'an y no se le da mucha publicidad. Sobretodo a la mezquita, que es casi casi un templo chino, con su ambiente de paz, sus jardines, sus pabellones, pero llena de chinos con "chilaba".



Y por último...qué deciros de los guerreros de terracota...A nosotros nos han parecido impresionantes, es verdad que sería mucho más bonito verlo todo excavado y verlos en su posición real y no bajo las uralitas, pero están en ello. Y por ahora es maravilloso ver esa ciudad subterránea y esos miles de hombres todos con caras diferentes, preparados para la batalla. No cuesta nada pensar en que, como en las películas, por la noche cobren vida y se pongan a montar los caballos o a jugar al ajedrez chino.



No sabemos si Chupao andaba camuflado entre los guerreros, aunque bien pensado al peso se le hubiera visto enseguida, pero una vez más volvemos a Shanghai sin haber encontrado su rastro.

Abrazos para todos,

Oscar y Mónica





4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, eso de que se acaba la temporada de visitas es muy relativo,jeje, ya veremos..que me dáis una envidia..


Un besito

Anónimo dijo...

Di que si Toñi, un día de estos nos cojemos un "Charter de Martes a Martes" y verás tú.

Hacía mucho que no pasaba por aquí. Es que estoy con la Astemia otoñal.

Comerme bien chicos.

Jorge

Anónimo dijo...

Hola chicos!!

Vaya, los guerreros de Xi'an. Yo me quedé con ganas de verlos aquí...
Me alegra ver que os va estupendamente.
Muchos besos.
Keila.

CLOTI dijo...

PERO QUE PASA, ¿ESTAMOS TODOS ABANDONANDO LA BUSQUEDA DE CHUPAO?.
POBRE CRIATURITA PERDIDA POR ESOS MUNDOS DE DIOS, SIN NADIE QUE LE BUSQUE.
¿ESTAIS TODOS CON LA DEPRE PORQUE SE HAN ACABADO LAS VACACIONES?.
PERO SI DENTRO DE NADA ES NAVIDAD.

ANDA, ESCRIBIR ALGO HABER SI SE OS VA A OLVIDAR COMO SE HACE

BESOS Y ANIMO A TODOS