lunes, 15 de septiembre de 2008

Nanjing o 1600 millones de razones para no viajar en fiesta nacional

A las buenas,

Como sabéis hemos pasado un par de días buscando a Chupao por Nanjing, capital del sur (al contrario que Beijing que es la capital del norte) Y según muchos la más bonita de las grandes ciudades de China...bueno, cada uno es cada cual.

A nosotros es que se nos junto todo. Hoy es fiesta nacional en China, según su calendario es quince de agosto y se celebra la llegada del otoño. Eso significa cientos de millones de personas (literalmente) que están de puente. Eso genera unos cuantos problemas al salir de viaje. El primer problema fue que no había billetes pronto y sólo quedaban de primera, nada muy grave. Peor fue la riada de personas que había en la estación de Nanjing al llegar, eso supuso hacer cola durante media hora para el taxi. Cuando estábamos llegando al final, una familia con varias maletas gigantes intentó colarse y claro, recibieron unos cuántos gritos mal dados en chino de todos nosotros diciéndoles que ni hablar. Nos "abrimos por la banda" para impedirles avanzar al grito de "no pasarán" y provocamos una revolución porque a partir de ahí nadie de la fila (que hasta entonces no parecían haberse dado cuenta de que uno puede protestar cuando alguien hace algo mal) quería dejarles colarse. No sabemos cómo pudo acabar aquello porque huimos en los taxis.

Cuando por fin llegamos a nuestro hotel que era de calidad media, estaba lleno y nos alojaron en el edificio "supletorio". Es decir, una pensión mirando a una carretera en obras que algún "ideólogo" había asfaltado de chapas de metal que durante toda la noche sonaban al paso de los coches. Además, estaba situado en el supuesto centro, que no tenía nada de antiguo. A las dos de la tarde no había ya donde comer y tras dar vueltas durante una hora, encontramos un sitio estupendo. El problema fue que al salir de allí casi todos los monumentos estaban ya cerrados, porque allí las cosas cierran a las cinco.

Bueno, vale, quizá ya me estoy pasando. Conseguimos ver la muralla, que es la más larga del mundo de las que rodean una ciudad, y que nos pareció muy bonita. Tenía una colección de ladrillos de distintos canteros chinos, marcadas con caracteres, de las que usaron para construir la muralla, por cierto, haciendo cemento con arroz pasado. Nos gustaron mucho unas bolas que usaban como armas, bueno, en realidad la traducción del cartel en inglés, que es lo que nos gustó, lo dice todo. Lo que pasa es que alguien había decidido poner muñecos de cartón piedra vestidos de antiguos y con cara de chino malo por toda la muralla, que le daban un toque de atracción antigua del parque de atracciones.



De allí nos fuimos a pasear por el casco antiguo, reconozco que estaba bonito con toda esa iluminación y que en la ciudad hay como un ambiente de pueblo en fiestas que es bastante agradable. Además, algunos templos abren también por la noche y poder hacer ese tipo de visitas no es frecuente. Entramos al templo confuciano esperando encontrar un poco de paz entre el barullo. No lo logramos. No parábamos de decir "Ay, si Confuncio levantara la cabeza..." Dentro había que pagar hasta por hacer fotos y en el último pabellón había un mago con música popera a todo trapo, vestido de Locomía (abanicos incluidos) haciendo trucos super malos.

Fuimos a cenar comida típica de la zona. Tras ser engañados en otro restaurante, encontramos el que nos habían recomendado. En Nanjing hay unos restaurantes en los que pagas una cantidad y ellos te sacan muchos pequeños platos de cerámica dándote a probar distintas especialidades (vamos, lo que hablábamos de las tapas el otro día) Hay de todo, pero de todo: panecillos, mooncakes, sopa de sangre de pato, gambas, flor de loto frita, tofu maloliente, sopa de alubias dulces, huevos negros...Lo que pasa es que uno a estas alturas sabe que cada cosilla de esas vale un yuan (bueno, y algunas deberían pagarte porque te las comas...) y claro, para que te cobren cien yuanes debería haber cien platos por persona. Aunque en la foto lo parezca, no había tantos. Pero eso sí te los traían todos a la vez. En cualquier caso, fue especial y divertido y por eso, mereció la pena. Por cierto, si alguien tiene dudas sobre el contenido de algún platillo que pregunte, haremos lo posible por contestar.

Con todo esto, ayer nos fuimos a conocer la famosa "Montaña púrpura" A lo mejor lo hicimos mal (bueno, de todas todas lo hicimos mal) pero decidimos subir en teleférico para luego bajar andando. El teleférico resulto ser un telesilla, lo cual ya no es muy relajante, pero además nos tocó un niño chino detrás gritando cada veinte segundos "hellouuuuuuuuuuuuuuu" Y bueno, a nadie se le había ocurrido cortar un poco las ramas de los árboles del camino, así que a cada rato te golpeaban el culo y las piernas con toda la ira del bosque que se ha cabreado porque le han puesto cables por encima. Después de jugarnos así la vida, arriba no se veía nada porque había niebla. Así que empezamos a bajar por un camino entre los árboles en el que tampoco se veía nada. Decidimos ir hacia una zona donde había pagodas y templos. Dos horas después ya sólo teníamos tiempo para salir de allí, pero en el camino de salida había dos guardias (medievales) que te cobraban derecho de paso y si no querías tenías que volver a subirte la montaña para ir por otro lado: pagamos, claro. Malamente vimos una pagoda que había por allí y el famoso "templo sin vigas" donde no había vigas pero sí, otra vez, muñecos del "tren de la bruja". Salimos de allí bastante "jartos" y pensando que Shanghai al fin y al cabo, no está tan mal.





Nota: Como todos sabemos, la perspectiva que uno tiene de lo bonito o feo de un lugar depende de muchas, muchas cosas. En nuestro caso, no se dió ni una a favor, pero mucha gente en la que confíamos dice que Nanjing es precioso sólo que, no lo hagais como lo hemos hecho nosotros. Algo hemos exagerado, pero esperamos que os hayais reido. Eso sí, vimos un bebé tan gordo que bien puede ser que la familia de Chupao proceda de allí.

Muchos abrazos para todos,

Oscar y Mónica

1 comentario:

Anónimo dijo...

La foto de monica con el niño es genial. En vuestro caso, habría pasado de buscar a chupao y me habría llevado éste a casa. Pooobre, tiene una cara de bueno...

Al principio he tenido la tentación de contar todos los platitos, madre mía!!!!

Besos

Cristinita