martes, 23 de junio de 2009

De nuevo en Hong Kong

A las buenas,

¿Cómo ha ido el fin de semana?¿Qué se cuece para los próximos días? Parece ser que nos estamos cociendo todos de calor, los de allí y los de aquí.

Nosotros os escribimos desde Pekín donde, al contrario de lo que podría pensarse no hace más fresquito por estar al norte, sino más calor en verano porque linda con una zona que es casi desértica (la polución tendrá algo que ver también) Y os escribimos después de un fin de semana en Hong Kong donde, al contrario de lo que podría pensarse, no hace más fresquito por estar rodeado de mar, sino más calor porque hay una humedad tropical irrespirable. Al final va a ser que Shanghai es un punto medio. Eso sí en Hong Kong hemos roto una de nuestras costumbres que es la de provocar tifones, huracanes, lluvias torrenciales y otros fenómenos desagradables cada vez que nos acercamos a una playa..¡Y lo hemos logrado!¡Hemos ido a la playa! ¡Y hasta nos hemos quemado!

Además de eso, como siempre se agradece volver a la civilización. De hecho, en este viaje nos hemos dado cuenta de que la obligación de salir del país cada 90 días, es más bien una medida de protección para que los "lawais" no acabemos tirándonos de los pelos después de tres meses aquí (Oscar añade que para que no lleguemos a agredir a nadie..) Aun así, es que Hong Kong es un sitio especial, no sólo tiene playa, montaña, rascacielos, tiendas donde comprar todo lo imaginable, restaurantes, aldeas, bares, templos, budas, parques de atracciones, tranvías, ferrys...Y todo lo bueno de las ciudades de Oriente y Occidente. Todo eso más o menos ya lo sabíamos, pero en este viaje hemos descubierto algunas otras cosas únicas. Como la escalera mecánica más larga del mundo (el "Escalator") que cruza la ciudad de arriba a abajo, que sus habitantes están convencidos de que ir a China es, literalmente, jugarse un riñón porque te lo van a estirpar para traficar con él. Y que hay una plaza bajo los rascacielos con sofás y vistas a la bahía en la que hay bares, pero no es obligatorio consumir, porque la plaza es pública y los sofás también. Y, aunque parece ser que la idea original era más bien que las parejas se fueran allí con su botellita de vino y su cestita de picnic los españoles, cómo no, han importado la idea del botellón, eso sí, dado el entorno, de alto nivel. Ya veis, legal y casi casi promovido.


Que paséis buena semana, buscaremos a Chupao en las calles de este barrio de Beijing. A ver si vosotros os concetrais un poquito en la búsqueda, que nos conocemos y enseguida llegan las vacaciones y os desapareceis todos ;)

Un fuerte abrazo,

Oscar y Mónica

1 comentario:

Nacho M. dijo...

Os movéis más que.....En fin escoged cualquier simil del gracejo hispánico. De Pekín a Hong-Kong, vuelta a Shangai. Hoy refresca y promete la noche ser más benigna y dejarnos dormir.
Cuidaros por esa parte del mundo y no me puedo imaginar lo de los sillones, aquí acabarían en la segunda vivienda de algún "espabilao".
Besucos.