Ya estamos de vuelta en Shanghai después de unos días de trabajo en Beijing...y os anunciamos que casi seguro la próxima vez que os escribamos será ¡¡desde Filipinas!! La semana que viene aquí hay fiesta y además nuestra visa nos obliga a salir del país y hemos decidido aprovechar la coyuntura e irnos a la playa, que sí, que cómo vivimos, que qué morro...no seáis envidiosillos...
Estos días en B
Pero nuestro mejor descubrimiento de estos días es el restaurante donde cenamos anoche. Como para variar se nos hizo tarde para cenar a lo chino, no pudimos ir al sitio del pato que quedaba bastante lejos y tuvimos que ir por la zona. Allí encontramos un restaurante en un jardín chino de más de trescientos años, donde todo el mundo va vestido con ropa antigua y te meten en una salita con tu propia camarera que te atiende en todo. Esto último es un poco incómodo porque no sabes si tienes que decirla que se puede retirar o que se siente allí contigo...total, que te sientes como forzado a comer deprisa y un poco maleducado cuando hablas en tu idioma. A nosotros nos vino bien para practicar y acabamos hablando de un torero que cenó allí una vez (no llegamos a saber cual) de que estaba con no sé qué cantante china que le gustan mucho los toros...En fin, que ahí os vamos a mandar a todos a partir de ahora, porque aunque la carta está sólo en chino tienen incluso una camarera que habla español y aunque ni las fotos, ni la explicación le hacen justicia, cenando allí te sientes parte de la dinastía Ming...
Bueno señores, nos vamos a Filipinas a buscar a Chupao, que aunque ahora lo distinguimos claramente, cuando le conocimos no y a lo mejor era filipino y nos hicimos un lío...
Un fuerte abrazo,
Oscar y Mónica