A las buenas,
La primavera ha llegado a Shanghai y por lo que sabemos también a España, donde todos andáis de terracitas, cervecitas y tardes que duran hasta las diez de la noche..Aquí también es primavera ya, por lo que volvemos a pasear y nos vamos dando cuenta en qué ha cambiado la ciudad en estos meses de hibernar.
Como bien sabéis los que habéis estado por aquí, Shanghai es una ciudad moderna, llena de rascacielos, luces de colores, nudos de carreteras elevadas que se cruzan, televisiones en los taxis con las que jugar, puentes elevados sobre el río e incluso pantallas en los edificios proyectando anuncios..
Pero ultimamente cada vez es más futurista. Esas cosas que se veían en películas como "Regreso al futuro", esas cosas que debían pasar en el año dosmil. No los coches voladores, desde luego, pero si algunos detalles como estos:
Pantallas en mitad de la calle en las que se pueden ver los periódicos e ir pasando las páginas toqueteando los botones.
Pantallas en las paradas de autobús en las que se dan las noticias, la hora, la temperatura, cuanto falta para el siguiente autobús y vídeos sobre prácticos consejos, por ejemplo, cómo cruzar las calles shanghainesas sin morir atropellado.
Restaurantes en los que al entrar metes tu número de teléfono y sacas un número para que te den mesa, mientras por las pantallas se proyecta el siguiente número en entrar. Lo cierto es que también es que poner cuánta gente va a cenar para que te asignen una pequeña, mediana o grande, pero si te fijas un poco siempre puedes prever qué tipo de mesa darán antes y decir que tus amigos vendrán en un momento (picaresca española) Además, mientras esperas puedes ir revisando el menú en unos ordenadores y eligiendo lo que quieres en las pantallas táctiles.
Lo dicho, el futuro ya está aquí. Cualquier día nos encontramos a Chupao embobado delante de una de las miles y miles de pantallas que nos rodean en todas direcciónes.
Un fuerte abrazo,
Mónica
